martes, 15 de septiembre de 2009

Tus huellas

Esta mañana, mientras me desperezaba, he descubierto la marca de una mano enorme en mi cintura, como una de esas señales que dejan las pegatinas cuando las arrancas de una carpeta vieja. Después de un rato observándola, esa parcela de mi piel se me ha antojado la más tersa, la más clara, la más deseable. En comparación con ella, el resto de mi cuerpo me parece igual de cuarteado que esta alma que llora cocodrilos de cristal. Sin tus caricias soy un vestido viejo, una chaqueta de coderas desgastadas, un abrigo de madre de posguerra. Tus huellas dactilares me hacen falta para seguir el camino que me llevará al lugar donde siempre quise estar y cuyo nombre desconozco. Igual que un obispo onanista, me paso el día besándome el anillo que me regalaste, absurda baratija transformada en joya de la corona de una soberana rota, capaz de entregar su reino al primer delincuente que, a cambio, le prometa el roce de uno solo de tus dedos.

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Ana Muñoz de la Torre (La orgía perpetua)

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Anarquía II

Nací con la primera revuelta:
insumisa, inquieta, desgreñada.
Me construí a mi misma desnuda, bella, irreverente.
Desde mis huesos inermes
partió la primera blasfemia hacia el creador...
Me negué a ser sometida, dirigida, apadrinada.

Me transformé en apóstata,
fui acusada de irreligión.
Fui condenada, pero mis alas eran de fénix,
y en raudo vuelo, abandoné las hogueras
y atravesé los océanos...
Vi yugos por dondequiera,
calambres y hambre, parlamentos y lamentos,
aprendí la desesperación.

Cavé con las uñas una trinchera de sueños
y me embriagué con esa pandilla de niños locos,
poetas náufragos allá en España del treinta y seis...
Miré a la izquierda, miré a la derecha
y vi rostros sucios ocultos tras limpios uniformes
vertiendo la sangre de los pueblos
en nombre de la justicia, la dialéctica
y otras empalagosas quintaesencias...

Y tomé la rabia.
Y la afilé.
Y lancé truenos contra los tronos,
enemiga de los gobiernos,
enemiga de las patrias,
enemiga del dolor.

Abrazo al mundo,
vivo y no ruego,
amo y resisto sus tiranías.


¡Soy la Anarquía!